El pasado dia 14 de Febrero fuimos con unos amigos al Liceo a ver la última representación de la ópera Don Carlo, de Verdi.
Nosotros no habíamos estado nunca en el nuevo Liceo reconstruido y la verdad es que, en principio todo era emocionante: el lujo y el buen gusto es propio de la burguesía catalana.En realidad , una maravilla en todos los aspectos. En la sala central se pueden leer frases escritas en letras de oro, tales como: "EL ARTE NO TIENE PATRIA" , "LA MUSICA ES EL LENGUAJE DEL ALMA", entre otras semejantes.En fin, todo extraordinario y apabullante. Me llamó la atención que, en medio de tanto lujo, había casi un 50% de chicos jóvenes con vaqueros y bambas, cuestión que no me pareció mal, pensando que todos tienen derecho a asistir con la ropa de que dispongan, a tan sublimes eventos musicales.Esto daba un toque de desenfado y rebajaba sustancialmente la solemnidad que la fama del Liceo me había hecho creer.
La sonoridad era excelente y los cantantes unos auténticos divos.
Lo que no podiamos imaginar era la sorpresa con la que nos ibamos a encontrar en el entreacto, después de 2,5 horas de buena música:
De repente aparecen los actores vestidos con ropa actual y un gran número de figurantes con una parodia que nos dejó perplejos a todos:
Por entre el público corrian presos encadenados y ensangrentados perseguidos por policias actuales que les pegaban con una violéncia increible con unas porras como las de los municipales .
Al mismo tiempo empezaron a aparecer en la gran pantalla central imágenes de fusilamientos como los de la guerra civil española con estruendo sobrecogedor y voces por la megafonía altísimas que decían repetidamente "Y LO HICIERON EN NOMBRE DE DIOS". Entre tanto empezaron a caer desde el techo de la sala cientos de papeles con imágenes de los fusilamientos
que he mencionado antes y personas como policías secretas muy altos y con gafas negras iban invitando a todas las personas a que cogieran esos papeles de los fusilamientos ( yo cogí dos diferentes y me los guardé) tras la representación de dicha parodia que debió durar unos diez minutos, pero que nos pareció una enormidad, subieron todos los actores al escenario y la sala, enmudeció, en lugar de aplausos el silencio fué sepulcral, pienso que estarían todos sintiendo el mismo malestar que yo. Mi amigo Manuél rompió mi estupor diciendo. esto representa la memoria histórica de un bando de la guerra. Yo le dije: en mi opinión, ni el Liceo ni Verdi ni los amantes de la música merecemos esto.
Como ocurrió os lo cuento.
Saturday, February 17, 2007
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