Una actitud sana y relajada requiere respirar ampliamente y para ello el esternón ha de estar siempre por delante de los hombros.
Siéntate con la espalda recta. Si tu asiento es demasiado blando, cámbialo por otro más firme.
Además, si pasas muchas horas delante de un ordenador, trata de tener la mesa lo más ordenada posible. Una superficie limpia y despejada ayuda a aflorar el orden mental.
Háztelo agradable y después recibe el máximo oxigeno que tus pulmones te permiten aspirar.
Coge el hábito de aspirar por la nariz, ya que la naturaleza la ha puesto, no solo para humidificar el aire, antes de que entre a los pulmones, sino también para filtrar todas las impurezas que existen en el ambiente (humos, virus, polvo, polen,etc).
No te olvides de ampliar tu higiene personal a la limpieza de las fosas nasales, cada noche. (El agua con sal es ideal, aunque también venden agua salada en spray en las farmacias). Respirarás mejor y en invierno evitarás muchas gripes, si de por sí lo acompañas por el lavado frecuente de las manos con jabón.
"Haz de la necesidad una virtud"
Geofrey Chaucer
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