Monday, April 28, 2008

Apreciar lo que tenemos.

Un hombre lloraba y se quejaba sentado en un banco del parque.

- No tengo nada. Estoy en la ruina. No tengo ánimos para luchar. Soy un desgraciado.

-¿Necesitas algo de dinero? preguntó un desconocido al escucharlo.

-¿Ves mi estado lamentable? Hasta me ofrecen limosna. ¡Mi situación es terrible!

-No te ofrezco limosna. Quizás estarías dispuesto a venderme algo-dijo el hombre.

- No puedo venderte nada porque no tengo nada de valor. ¿Es que no ves que soy un desgraciado?

- Pues no lo puedo ver. Solo te oigo. Un cirujano me dijo que si encontrase un donante me devolvería la vista. Te compro tus ojos por un millón.

El hombre retrocedió asustado. ¿Estás loco?

-Déjeme en paz si no quiere recibir una patada.

- Eso-dijo el comprador-,eso.También pagaría un millón por tus pies, los mios casi no me sostienen.

El hombre si iba asustando y levantando el puño le dijo:

-Me estás fastidiando y si no te vas por las buenas te irás por las malas.

-Dos millones por tus manos-fue la única respuesta.

De pronto se dio cuenta de que el extraño paseante hablaba en serio. Su ocecación por ver solo lo peor de sí mismo no le había permitido percatarse hasta ese momento. Lo supo cuando vio que de sus mangas anchas asomaban dos deformes muñones.

-Por favor,vete. No puedo venderte nada de lo que me pides.

-Eres muy afortunado. ¿Lo sabías?

El hombre, que ya había dejado de llorar y lamentarse de su situación, se quedó enmudecido, y tras un tiempo de silencio, se puso en pié y dijo:
No tengo motivos que me impidan luchar. Mis problemas tienen solución. Los tuyos no. Gracias y lo siento.

Moraleja:

¿Qué hacer cuando todo lo vemos negro?. Pues pensar que el color con que vemos las cosas dependen más de nuestro estado de ánimo que de la magnitud del problema.

Cuando nos sintamos mal, habremos de pensar que el bienestar completo no existe y que siempre hay infinidad de personas que están mucho peor que nosotros.

Cuando nos sintamos mal, tenemos que pensar en aquellas situaciones anteriores semejantes que nos preocuparon y nos hicieron sentirnos mal innecesariamente, ya que después se resolvieron. Porque todo tiene solución.

Cuando nos sintamos mal, tenemos que pensar que la semana pasada estuvimos mucho mejor y que la semana que viene volveremos otra vez a estar mejor.

La vida es así. Es como una carretera, nunca va cuesta abajo y en linea recta: Hay curvas a la derecha, curvas a la izquierda, descensos, cuestas arriba, zonas de pedruscos, áreas asfaltadas, baches, etc., etc.

Ahora tenemos que empezar a aprender a convivir con nuestros problemas y nuestras circunstancias y empezar despacio, a beber la vida con optimismo a sorbos pequeños, para disfrutarlos más y desechar los pensamientos negativos.

Disfrutar de la vida es la asignatura que hay que aprobar cada día.

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