En ocasiones adquirimos hábitos por los cuales siempre estamos algo encorvados y con el pecho encogido. De esta manera es imposible llenar suficientemente los pulmones y sentir el placer de experimentar una plenitud de oxigenación, no solo pulmonar, sino también cerebral y mental.
Expande tu plexo solar y percátate del ir y venir del sonido de tu respiración. Verás como la paz no tardará en llegar.
Thursday, July 31, 2008
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