Dicen que fueron los árabes, quienes en el siglo XIII idearon el sistema de tostado, los que inventaron la costumbre. Tres siglos después, la pasión por el café estaba extendida en todo el mundo musulmán, hasta que en 1683 la descubrieron los europeos. Su secreto: el café estimula el sistema nervioso central y la circulación cerebral, proporciona sensación de energía y alivia el dolor de cabeza.Pero una advertencia: para las personas nerviosas o con insomnio es muy perjudicial.
¿Aromático o equilibrado?
Aunque una de sus características es la diversidad de su origen, en realidad todos los cafés proceden de dos variedades de plantas: Arábica (América) y Robusta (Africa y Asia). Los de la primera son suaves, aromáticos, algo amargos y un poco achocolatados. Los de la segunda, resultan más fuertes y menos perfumados.
Elegir el café ideal no es fácil, debido al gran abanico de posibilidades que existen. De Kenia procede la variedad Doble A, intensa y con un equilibrado sabor. Más fuerte es el Kilimanjaro o Chagga, de Tanzania, mientras que en Indonesia se produce una de las variedades de Robusta más solicitadas: la Wib. El tipo Moka , ideal para el café a la turca, nace en Etiopía.
Las posibilidades se multiplican, además, en América: sólo en Brasil se encuentran numerosas variedades, como la Santos, muy refinada. Sin embargo, el café más valorado (y caro) del mundo es el Blue Mountain: se cultiva en Jamaica.
Friday, May 4, 2007
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