Cada vez que te sientas estresado o fatigado y como mínimo una vez al día, abre los brazos y llena los pulmones de aire puro hasta que no puedas más. Repítelo unas cuantas veces.
Practica una respiración lenta y profunda, desde las clavículas hasta el estómago. Verás como te sientes revivir.
No hay nada más vital que el oxígeno que respiramos.
Saturday, March 31, 2007
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