Había una vez un jefe de estado que tenía que elegir a su ministro de economía, entre varios candidatos. Para ello hizo colocar en el suelo, en un lugar imposible de pasar desapercibida, una moneda de diez céntimos.
Fueron pasando los candidatos por separado y solo uno se agachó para coger la moneda, pese a la formalidad y estricto protocolo existente en el acto.
El candidato, después de saludar al presidente le dijo: Sr., tenga esta moneda que estaba en el suelo. El presidente le dijo:Gracias por haber sabido darle valor a una pequeña moneda. Queda Vd. nombrado ministro de economía.
Saturday, April 7, 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment