Muy a menudo nos proponemos someternos a dietas alimentarias estrictas, a través de las cuales empezamos por eliminar aquellos alimentos que resultan nocivos para nuestra salud, cuestión que está muy bien.
Pero cuando comiences, aprovecha para hacer una cura depurativa de tu espíritu.
Intenta dejar atrás todos aquellos sentimientos, miedos y cuestiones negativas que te inquietan y te generan estrés.
Para ello, una buena práctica es evitar entrar en aquellos aspectos que cada persona considera negativos en sí mismo. Cada ser humano es único e irrepetible, ni mejor ni peor. Simplemente diferente. Por ello hay que aceptarse como uno es y con todo lo que configura su personalidad en un conjunto global.
Por tanto, mírate pensando en todo lo bueno de ti mismo y de tu más cercano entorno.
Escucha música y lee para reducir las toxinas de tu mente y para reforzar la estructura mental que realmente te sustenta en el día a día. Con ello refrescarás tu espíritu y depurarás tu alma.
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