La ansiedad está muy relacionada con la necesidad de querer tener todo controlado.
Tener cierto grado de previsión es necesario, pero pretender anular cualquier peligro es una estrategia equivocada, porque la incertidumbre también forma parte de la vida.
Desprendernos de la necesidad de controlar es recuperar la espontaneidad, la capacidad de disfrutar de lo que se hace, y sentirse cómodo aunque no se tengan todas las certezas de la vida.
Ursula Oberst
Profesora de psicología
Universidad Ramón Llull
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